Acné
También conocido como acné común (acne vulgaris), es una enfermedad inflamatoria de la piel, causada por una infección bacteriana debida a cambios de las unidades pilosebáceas (estructuras de la piel consistentes en un folículo piloso y la glándula sebácea asociada). Se presenta como una serie de secreciones excesivas de glándulas sebáceas que, combinadas con células muertas de la piel, bloquean el folículo piloso. En ocasiones, también aparece un defecto en el proceso de queratinización de la piel, que conlleva al derrame anormal de los poros del forro cutáneo. Bajo el poro taponado, se producen secreciones de grasa, que proveen un entorno perfecto para la bacteria epidérmica Propionibacterium acnes, que produce una infección en el poro, el cual excretará pus, provocando que el acné se multiplique descontroladamente. En respuesta, la piel se inflama produciendo la lesión visible. Afecta principalmente a las zonas de la piel con mayor densidad de glándulas sebáceas,entre las que podemos incluir cara, pecho y parte superior de la espalda.
Origina una serie de lesiones elementales que incluyen comedones, pápulas, pústulas, nódulos y cicatrices, cuya presencia va a depender de la forma clínica e intensidad con que se manifieste la enfermedad. Es común en la pubertad, y está considerada como una respuesta anormal ante niveles normales de la hormona masculina testosterona. La respuesta de la mayoría de las personas disminuye con el tiempo, y el acné tiende a desaparecer o al menos disminuye después de la pubertad; de todos modos, no hay manera de predecir cuánto tiempo tardará en desaparecer completamente y algunos individuos continuarán sufriendo acné durante décadas después. El acné afecta a un gran número de seres humanos en algún momento de su vida.
Aunque resulta difícil estimar una prevalencia, podríamos decir que en España, entre 2,5 y 3,5 millones de habitantes presentan algún grado de acné, lo cual hace que sea una de las enfermedades cutáneas más frecuentes. Tiene un mayor predominio en la pubertad y adolescencia, aunque no es infrecuente en niños y adultos. Ocurre más a menudo en la raza caucásica que en la negra u oriental.
En la adolescencia parece afectar más al sexo masculino, sin embargo en edades más tardías, la ratio se invierte y las lesiones pueden persistir durante más años o bien manifestarse de modo más tardío. Durante muchos años, algunos médicos han considerado el acné como “cosas de la edad”, o sea, un proceso banal y fisiológico que no requiere tratamiento. Esta concepción ha cambiado en la actualidad, ya que las cicatrices de un acné mal diagnosticado y tratado, pueden llegar a ser verdaderamente importantes y limitantes desde el punto de vista de la calidad de vida del sujeto. Por ello, actualmente estamos más concienciados de la necesidad de un diagnóstico preciso de cada tipo de acné, procurando un tratamiento adecuado e individualizado para cada paciente.